Solo quieres un cuento de hadas..

Rózame. Bésame en el cuello. Aráñame la espalda. Abrázame, tan fuerte que se me escape el aire, tan intenso que se me nuble el juicio. Quiéreme, miénteme, dame la mano. Llévame al país de las estrellas, cuéntame historias, quédate a mi lado. Por favor.Te suplico, pido redención, lloro de pena. Y tú, ausente. Y yo, tristeza. Escúchame, te quiero. ¿Lo entiendes? Con todas las letras, en fila, como niñas buenas. Y tú te tapas los oidos. No entiendes. No quieres.Y en sus ojos, rabia, y en el borde de los labios, besos sin dar..
Y sólo quieres que todo sea perfecto, que él te quiera como tú le quieres a él. Que cuando te vea llorar te abrace y sin soltarte diga:
- ¿A quién tengo que romperle la cara?

Sin límites.

Vamos en dirección contraria, jugando con lo prohibido, rozando lo improbable. Vamos con los corazones cargados, llenos de juegos fáciles, de metas lejanas. Vamos contra el mundo, escribiendo canciones sordas, grabando fechas. Vamos sin rumbo, sin dirección.

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Te pierdes la oportunidad de ser feliz.

Y ahora es esa época de tu vida la cual no dependes de nadie ni de nada, no estás enamorada y puedes hacer lo que te da la gana cuando te da la gana y como te da la gana.
No estás pendiente cada segundo de la lista del chat por si estará conectado, no estás mirando a todas partes por si te lo encuentras y tampoco estás tocándote el pelo a todas horas cada vez que pasas por su lado.
Ahora el saldo te lo gastas en cosas más importantes y te dura más de un día, el tiempo no lo gastas haciendo absurdas cartitas y te tiras las horas hablando por teléfono con tus amigas de cosas más importantes.
Ahora por las noches te dedicas a dormir y no a contestar mensajes, ni a pensar que te vas a poner el viernes por si te lo encuentras, ni simplemente pensar en si el también estará pensando en ti.
Y ahora puedes cagarla las veces que quieras que ya no te preocupa que se ria de ti . Ahora te dedicas a estudiar en vez de mirarte al espejo pensando que será lo que no le gusta e intentar mejorarlo .
Y aunque tiene su lado malo todo esto, como que ya no tienes esa ilusión de todas las mañanas y todas las tardes; también tiene su lado bueno antes dicho.
Eso de hacer lo que quieras cuando quieras sin depender de nadie , sin pensar en el '' que pensará de mí '', sin tener que estar perfectamente pintada y perfectamente peinada las 24 horas del día por si te va a ver y poder dejar de sonreír y de poner esas caras que tanto has ensayado cuando aparezca.
Y ¿sabes? Lo siento mucho por ti . Sí , te lo digo enserio , LO SIENTO . Pero ¿sabes por qué? porque te pierdes muchas cosas , te pierdes a la única puta persona de toda la puta faz de la puta tierra que te esta ofreciendo el puto mundo en una puta bandeja y a la única puta persona que te ha querido de esta puta forma.
Te pierdes mensajes que te despierten dándote los buenos días, mensajes que te recuerden que te quiero cada noche, mañanitas de domingo y tardes hablando por teléfono.
Te pierdes la contraseña de un tuenti en el que te puedes meter cuando te aburras y leer privados a ver si son de otros niños que no seas tú y te pierdes también besos y cariños que había guardado para ti. Te pierdes anillos hechos de papel y tablones que emocionan. Risas, enfados, celos, MOMENTOS.
Y lo más importante , te pierdes la oportunidad de ser feliz.

Guerra de amor.

Sueños de princesas en los que viene a rescatarme un príncipe apuesto y guapo.

Sueños en los que solo estamos tú y yo, fantaseando en vivir en la playa, en el mar, solos. Imaginando nuestros mejores momentos, todos.

En el mar, tu me hacías aguadillas porque te hacia de rabiar. Te dejaba sin palabras, tenía razón siempre, o la mayoría de las veces. A ti te gustaba enfadarme por que decías que estaba más guapa. Y luego lo arreglabas con un simple te quiero. Pero lo arreglabas.

Tumbados en la arena, mojados. Me echabas arena por encima del cuerpo y luego yo te echaba aún más. Una guerra de arena y de amor.

Una guerra en la que un príncipe se enamoró de una princesa, y ella se  volvió loca por el. Loca de amor.

Atardeceres y amaneceres a tu lado.
Todos y cada uno de los días los dedicaba a estar con tigo. Todas las horas, minutos y segundos.

Lo hacia por el simple echo de no separarme nunca de ti.