miércoles, 4 de mayo de 2011

Guerra de amor.

Sueños de princesas en los que viene a rescatarme un príncipe apuesto y guapo.
Sueños en los que solo estamos tú y yo, fantaseando en vivir en la playa, en el mar, solos. Imaginando nuestros mejores momentos, todos.
En el mar, tu me hacías aguadillas porque te hacia de rabiar. Te dejaba sin palabras, tenía razón siempre, o la mayoría de las veces. A ti te gustaba enfadarme por que decías que estaba más guapa. Y luego lo arreglabas con un simple te quiero. Pero lo arreglabas.
Tumbados en la arena, mojados. Me echabas arena por encima del cuerpo y luego yo te echaba aún más. Una guerra de arena y de amor.
Una guerra en la que un príncipe se enamoró de una princesa, y ella se  volvió loca por el. Loca de amor.
Atardeceres y amaneceres a tu lado.
Todos y cada uno de los días los dedicaba a estar con tigo. Todas las horas, minutos y segundos.
Lo hacia por el simple echo de no separarme nunca de ti.


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